21 feb 2024

La palabra tan chic de fragancia o “parfum”, tan habitual en las etiquetas de productos de belleza y cuidado personal, esconde ciertas sustancias tóxicas con consecuencias graves para la salud. Esta se obtiene de la mezcla de 4.000 productos químicos utilizados en la industria.
Muchas de estas sustancias son disruptores endocrinos relacionados con el cáncer de órganos hormono-dependientes (como el cáncer de mama), los defectos de nacimiento y otros problemas de salud crónicos.
Los tests realizados permiten conocer la presencia y concentración de diversos tóxicos a la vez.
Tolueno, disolvente industrial, es un neurotóxico.
Ftalatos, utilizados para fijar la fragancia, asociados a la disrupción hormonal, obesidad, daños reproductivos y neurotóxicos.
Parabenos, sirve de conservante, es un disruptor endocrino.
Benzofenonas, muy utilizadas en filtros solares, producen alteraciones hormonales y se asocian al cáncer.
La normativa actual permite mantener en secreto los ingredientes presentes en la fragancia. Pero tenemos derecho a saber que ingredientes se encuentran en esta palabra.
Muchos de los productos que se venden como naturales, bio… al final de su INCI (lista de ingredientes) aparece la palabra “parfum”.
Entonces, ¿qué estamos comprando?
Los consumidores tenemos derecho a saber si los productos que elegimos son seguros.
El primer paso para conseguirlo son leyes que obliguen a desvelar las sustancias, ingredientes de los cosméticos sin eludir ninguno.
Rechaza todo aquello que ponga fragancias, "parfum", aromas, los ambientadores sintéticos en el lugar de trabajo y si usas perfume ponlo en la ropa, no en tu piel.
¡Cambia el chip!
